Según la Iglesia Católica Romana, es un lugar donde los muertos purgan (compensan), -por medio de sufrimiento- la consecuencia de sus pecados.
¿En qué lugar de la Biblia se menciona este lugar?
No se menciona, no está en la Biblia. Fue creado como canon católico por el Concilio de Florencia (1304), y Concilio de Trento (1580, 1820).
Entonces qué dice la Biblia con respecto a lo que pasa después de la muerte?
«Esta establecido para el hombre que muera una sola vez, y después de esto el Juicio». (Hebreos 9:27)
La Biblia nunca habla de un lugar adonde uno puede ir para ser purificado de su pecado. Más bien habla de una Persona a quien podemos acudir para ser purificados: Jesucristo. Dios nos dice que quienes rehúsan confiar en Cristo para ser limpiados de sus pecados, son condenados:
«El que cree en él no se pierde; pero el que no cree ya se ha condenado, por no creerle al Hijo Único de Dios» (Juan 3:18).
Hay sólo dos posibilidades de elección: «El que cree al Hijo vive de vida eterna; pero el que se niega a creer no conocerá la vida, siendo merecedor de la cólera de Dios» (Juan 3:36; vea también Apocalipsis 20:15; Lucas 16:19-31, especialmente el versículo 26). Cualquiera que acepte a Cristo es salvado completamente: «Ahora, pues, se acabó esta condenación para aquellos que están en Cristo Jesús» (Romanos 8:1). Al decir que no hay condenación, ciertamente elimina las llamas del purgatorio.
Otro pasaje que claramente excluye la idea del purgatorio es: «No me acordaré más de sus errores ni de sus pecados» (Hebreos 10:17). Si, como dice la Biblia, Dios no se acuerda de los pecados de quienes están en Cristo, entonces El no los castiga por esos pecados. De lo contrario, significaría que Cristo no pagó completamente por ellos, y que Dios el Padre todavía los recuerda (vea también Romanos 5:8-11; Hebreos 10:14-18; Salmos 103:12).
El que no cree que Cristo le ha salvado por completo, no ha confiado totalmente en Cristo para que lo salve. Es decir, no cree que el sacrificio de Cristo haya pagado por todos sus pecados, y piensa que él mismo debe pagar por algunos de ellos.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» [Juan 3:16]
CONSUMADO ES
JUAN 19:30
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¡Amén!
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