Tyndale fue quemado en la hoguera en 1536. Enrique VIII todavía estaba en el trono. Las últimas palabras del mártir fueron: “Señor, abre los ojos del rey de Inglaterra”. Enrique VIII murió en 1547, sin que se hayan abiertos sus ojos. “Dejó una gran suma de dinero para pagar por las misas que se oficiarían por el reposo de su alma”.