La guerra entre los descendientes del patriarca Abraham nunca ha terminado, pues Jacob y sus primos, los árabes, siguen peleando, y todos son descendientes del amigo de Dios.
Desde el establecimiento del Estado de Israel en 1948, hasta el año 1967, ni siquiera 20 años desde su fundación, ha habido incursiones, invasiones, acusaciones y asesinatos entre los pueblos semitas. En Israel en 1967 habían casi tres millones de habitantes, y las naciones árabes cuentan con una población que alcanzaba hasta los cien millones, hoy en el 2016 la población árabe es de aproximadamente 405.642.000 y de judíos alrededor de 8.134.100. El odio y rencor, venganza y envidia entre Israel, una democracia moderna, y los pueblos atrasados, ha producido otra guerra que broto como relámpago en los primeros días de junio y duro apenas cinco días. Los historiadores y comentaristas la llaman “la guerra de las cien horas”. Con el apoyo moral y dos mil millones de armamentos bélicos de la Rusia, los árabes amenazaban “echar a Israel en el mar” y acabar con todos los judíos en Palestina. Israel contaba con el apoyo moral de los países democráticos, amor a su patria y fe en la ayuda del Dios de sus padres.

Fallaron todos los cálculos. Las Naciones Unidas, con todas sus palabras y resoluciones, no pudieron prevenir la guerra, y en cinco días la pequeña nación de Israel destruyo casi todos los aviones de las naciones vecinas, quemó o capturó sus grandes tanques de guerra fabricados en países comunistas, mató a más de veinte mil árabes, y tomó toda la ciudad vieja de Jerusalén Las fuerzas armadas de Israel ocuparon el Sinaí, la Jordania al oeste del rió Jordán, la región al norte del mar de Galilea, quedando con un territorio cuatro veces más amplio que tenía a la terminación de la guerra de 1948.
Aunque por el momento hay mucha incertidumbre acerca de las negociaciones, sin duda la nación más fuerte por el momento en el turbulento medio oriente es Israel. En una sesión de las Naciones Unidas celebrada en 1967 en su sede internacional en Nueva York, luego de muchas acusaciones de parte de las delegaciones árabes por la supuesta ayuda de otras naciones a Israel el representante israelí se levanta y dice: “El que nos ayudó en la crisis de nuestra nación fue el ángel do Jehová”. El golfo de Akaba está en manos de los judíos, dándoles libre acceso al mar Rojo y al golfo pérsico.
Escribe el Sr. Shlomo H’zok desde Jerusalén, para la revista “Cristo para las naciones”: “Por tres semanas la tensión aumentaba en Israel, y todos se preparaban para la batalla. Bajo un ambiente triste, hicimos refugios, compramos alimentos, y escuchábamos las noticias por radio. Fuimos al culto el domingo, pero se sentían tiroteos. El cinco de junio se anuncio el comienzo de la guerra en la frontera del sur. Pronto las bombas caían, destrucción llovía desde el cielo, y nos pusimos a orar. Las noticias decían que Israel iba ganando en todos los frentes, y en cien horas se pidió tregua, con las fuerzas israelíes victoriosas en todas partes”. Los soldados judíos tomaron el sitio del templo de Salomón, que hoy día lo ocupa la mezquita de Omar, de los mahometanos. Allí en el patio al lado del Muro de los Lamentos 200.000 judíos lloraban con gozo, y saltaban de alegría, sonando de tener un día no muy lejano el tercer templo, prometido y profetizado en el libro del profeta Ezequiel. Después de 1900 años de exilio, sin templo, sin sacrificios sin la presencia manifiesta de Jehová ahora los judíos tienen dentro de sus posibilidades la construcción del templo y la iniciación de sus servicios religiosos mosaicos.
Muchos cristianos se están preguntando si los tiempos de los gentiles se han cumplido, ya que Jerusalén no está hollada por los gentiles, sino que está en manos de Israel. Otra vez, según parece, Jehová trata con Israel como nación, y no solo como pecadores individuales perdidos. El Señor ha defendido a su pueblo, hijos de Abraham, y ha propuesto cumplir en ellos sus grandes promesas. Las grandes naciones de mundo, como la Rusia, la China comunista, y otras, han rechazado el cristianismo, y tratan de imponer sus ideas ateístas a la humanidad. ¿Ha comenzado a andar otra vez el reloj profético de Dios, que paro cuando el Mesías de Israel fue rechazado y cortado hace diez y nueve siglos? Todo lo que está escrito es la más segura palabra de la profecía será cumplido al pie de la letra, y sin duda estamos viendo que el Creador del mundo está dando “cuerda a su reloj”.
El evangelista profético Harry J. Steil, escribe en el “Pentecostal Evangel” del 6 de agosto de 1967:

“El retorno de los judíos y el establecimiento de Israel como nación en Palestina es un milagro de resurrección, después de su muerte y su entierro hace 1.900 anos. La higuera ha brotado en el bosque de las naciones y hay muchos vástagos y retoños. Por muchos siglos la población mundial de judíos quedaba alrededor de los cinco millones. Pero a la sorpresa de todos, en el censo al comienzo del siglo veinte, se descubrió que los judíos aumentaban en un treinta y cinco por ciento más rápido que la otra gente. En 1940, había unos diez y seis millones de judíos en el mundo. Hitler diezmo a los judíos en Europa, matando a unos seis millones, pero hoy día se calcula que hay alrededor de quince millones, seis millones en Norteamérica, más de un millón en América latina, otros millones en Europa, África, el Asia, etc. Otro “renuevo” es el aumento del territorio, pues por tanto tiempo los turcos dominaban en Palestina, pero ahora hay casi tres millones de habitantes en el territorio controlado por Israel y desde Dan a Beerseba, desde el Mar Grande hasta el Jordán, y mucho mas, las fuerzas israelíes controlan un territorio cuatro veces más grande que antes del año 1948.

Otro “vástago” es la importancia política que tiene Israel entre las demás naciones. Allí en Nueva York, en los edificios de las Naciones Unidas, flamea también la bandera de Israel. Con los colores de banco y azul, la estrella de David con sus seis puntas (dos triángulos intercalados), esta la insignia de la nación resucitada.

Otro “vástago” es el financiero. Para eso mismo Dios ha permitido que muchos judíos en los diferentes países de su destierro acumulen grandes fortunas, para luego contribuir a la restauración de Israel. Miles de millones de dólares han sido recaudados y luego invertidos en proyectos de reforestación, construcción de fábricas, escuelas, defensas, etcétera en la antigua tierra de la Biblia. No solo esto, sino que Dios mismo al destruir las ciudades mellizas de Sodoma y Gomorra, dejo el gigantesco cráter, que es el Mar Muerto. En las centurias pasadas el Rio Jordán ha ido depositando sus millones de toneladas de minerales. Los químicos calculan que de los depósitos de nitrato, potasio, magnesio y otros productos para la industria química, hay por lo menos minerales que tienen un valor de unos $ 1.200.000.000.000 de dólares, o sea, mil doscientos mil millones de dólares. Estos productos que han quedado ‘muertos’ en el Mar Muerto o Salado, serán útiles en la agricultura, la industria y en la fabricación de municiones.”
En el Instituto Israelí de Tecnología “Technion”, se dan cursos especiales sobre “la naturaleza de la Biblia, el significado de la profecía, y el problema del Mesías representado por Jesús. El propósito de estos cursos es para que el alumno tenga conocimiento de la historia y religión de los judíos. Los israelíes no piensan jamás devolver todo el territorio capturado en la última guerra arabe-israeli a los árabes, pues está en disputa y seguirá así por mucho tiempo. El ex premier Levi Eshkol, de Israel, informó a los dirigentes de diferentes denominaciones en la tierra santa que “todos los lugares sagrados ahora están abiertos para cultos por todos los miembros de las diferentes creencias sin discriminaciones». Esta declaración fue hecha el 27 de junio de 1967, en una reunión de los representantes católicos romanos, ortodoxos, metanos, judíos, luteranos, anglicanos, sirios, etíopes, cópticos, griegos, armenios y latinos de las distintas creencias religiosas.
Para comprender algo de la historia y los conflictos entre árabes y judíos, tenemos que buscarlo en la palabra de Dios. En el Génesis capítulos 16, 17, 21 y 25 vemos que Abraham tuvo un hijo por Agar, que se llamaba Ismael, y que iba a ser hombre de guerra, iba a morar en medio de sus hermanos, iba a multiplicarse en gran manera y ser nación grande. Los árabes llegaron casi a ser un imperio mundial en el séptimo siglo, pero luego comenzaron a declinar con su derrota en Tours, Francia, en el año 732 D.C. Han sido guerreros casi siempre, no han ido a vivir entre las otras naciones como los judíos, y todavía desempeñaran un papel en los cumplimientos proféticos. Dios, quien llamo a Abraham y le prometió una tierra especial, en el ombligo de la tierra, repitió la promesa a su hijo Isaac, a Jacob y sus descendientes, a Moisés, a David y a su hijo Cristo Jesús.
Los árabes tienen vastos territorios, Israel tiene un lugar muy pequeño, con las fronteras fijadas por el dueño del universo. Los judíos conquistaron la tierra prometida, quedaron allí por muchos siglos y llegaron a ser un imperio imponente bajo el rey Salomón. Luego en la cautividad babilónica, los judíos fueron llevados a diferentes lugares, pero unos cincuenta mil volvieron en tiempos de Nehemías y Esdras. Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C., el “judío errante” vivía como peregrino, sin patria, sin templo, y sin paz.
Desde el año 1948, 14 de mayo, Israel existe como nación soberana, en su territorio dado por Dios, ganado en guerra, y prometido por las Naciones Unidas. No hay quienes los puedan echar, pues dice la Santa Biblia. “De Jehová es la tierra y su plenitud. El mundo y los que en el habitan”, Salmo 24:1. “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación”, Hechos 17:24-26. “Cuando Jehová el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los limites de los pueblos según el numero de los hijos de Israel”, Deut. 32:8.
El mismo Dios prometió a Ismael, por ser hijo de Abraham, que le iba a prosperar, y que le iba a dar doce príncipes o naciones. ¡Es notable que el día 5 de junio de 1967, hubiera doce naciones árabes que iban a la guerra contra Israel! Son las siguientes: Marruecos; Algeria; Libia; Egipto; Yemen; Kuwait; Saudí Arabia; Jordania; Libano; Siria, Irak. Doce naciones de primos en contra de una nación pequeña, con la desventaja de veinte contra uno. Sin embargo, como en tiempos de la Biblia, el ángel de Jehová bajo y dio la victoria a Israel. Es porque el tiempo ha llegado para la total derrota de los enemigos de Cristo.
Israel todavía ha de sufrir durante la Gran Tribulación, y hasta la gloriosa aparición del Hijo de Dios desde los cielos. El prometido Mesías de Israel es Jesús de Nazaret, crucificado, pero resucitado y ascendido. En el tiempo de la angustia de Jacob, cuando Israel se arrepienta y clame a Jehová, Dios enviara a su hijo invicto a rescatar al pueblo escogido, a juzgar a las naciones, a destruir a los ejércitos del anticristo, y a reorganizar al mundo con un gobierno justo y fuerte. La maldición que ha arruinado a la humanidad y la creación será levantada, y habrá, bajo el benigno reinado de Cristo, mil años de paz, prosperidad y progreso. ¡Edad de Oro!.
Mientras tanto, oremos por los pueblos que viven en los países del medio oriente, ya que la marcha de los imperios ha dado una vuelta a la tierra desde Babilonia, pasando por Egipto, Europa, América, Japón, la Rusia, etcétera, llegara a Palestina, bajo el gobierno de nuestro Señor. Hay creyentes fieles entre los pueblos árabes, y miles de judíos han aceptado al Señor como Salvador y Rey. Los ojos del mundo están mirando a Israel, y aquella tierra pequeña, que es un mundo en miniatura, será el centro de la obra de Dios en el mundo, como en los días del Nuevo Testamento.
Extraído del libro: ISRAEL en la Historia y profecía. Louis H. Hauff
israel es una nacion pagana y guerrista parte del mundo de satanas ni si quiera acepta el mesias cristo jesus,…despues de la destruccion del templo en el 70 por los romanos…
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Gracias por tu comentario Nicola. Israel es el pueblo de Dios, está pagando las consecuencias del rechazo del Mesías Jesucristo, y todavía lo peor para Israel está por venir, pero por la Biblia leemos que llegado el momento los judíos comprenderán su error y volverán a Dios y creerán en Cristo Jesús.
Como cristianos debemos orar por ellos y pedir que Dios obre en sus vidas y se den cuenta de su error.
Saludos
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Hola,perdona pero cada uno piensa diferente…Como sabes tu que resusito…
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Hola, está bien que se piense diferente.
La Biblia es muy clara cuando dice que Jesús resucitó, cuando lo hizo el mismo Jesús se le apareció a todos sus discípulos y a más de 500 personas. El apóstol Pablo cuando escribe a la gente de la iglesia de Corinto les dice:
«Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.» (1 Co 15)
Esto es para que si alguno de la iglesia dudara sobre la resurrección de Jesús pueda ir a constatar con toda esta gente si esto era cierto o no.
Los mismo guardias romanos que cuidaron la tumba de Jesús fueron sobornados por los religiosos judíos para decir que los discípulos habían robado el cuerpo. Si esto hubiera sido cierto los soldados romanos hubieran sido castigados con la muerte y esto no sucedió. Los judíos sabían que Jesús había resucitado, pero no lo querían creer.
Todos los discipulado fueron martirizados y torturados por predicar a Jesús resucitado, si esto no hubiera sido cierto, si realmente no lo hubieran comprobado ¿habían dado su vida a una mentira?.
Se podría agregar también que TODO lo que la Biblia profetizó miles de años atrás se ha cumplido al pie de la letra, otras profecías se cumplen hoy mismo y otras se están encaminando para su cumplimiento, sin lugar a dudas. La Biblia es el único libro que el 30% de su contenido es profecía. Eso da la seguridad -seguridad que en NINGÚN otro lado puede ser hallada- de que es cierta.
Espero que esto responda tu pregunta. Saludos.
PD: Sería que busques estas respuestas vos mismo, si no tenés una Biblia en tu casa estoy más que feliz de hacerte llegar una (gratis), sin importar en qué país vivas.
Tu estado dice EL JUSTICIERO DE LA RELIGION y eso está muy bien, porque ninguna religión salva ni tiene la verdad, la Biblia sí y la salvación es por medio de Jesús, del Cristo resucitado, no por medio de una religión.
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Hola Nicola ; es verdad lo que dices sobre su rechazo a Cristo. Me imagino que usted al ponerse con esa manera de pensar significa que usted sí a aceptado a Cristo como su salvador, de lo contrario tampoco tendría derecho a acusar al pueblo escogido de Dios de ésa forma. Yo al igual que muchos también pasé por la etapa de rechazar a Cristo en mi vida y si hoy en día puedo testificar de él es porque alguien tuvo que haber orado por mi para que eso suceda. De igual manera y forma debemos orar por Israel para que en el tiempo exacto de Dios ellos se arrepientan y se conviertan; y cuando esto suceda debes entender que todo será más rápido para el resto de las profecías se cumplan; porque los ojos de Dios están puestos en Israel como centro de lo que suceda en el mundo.
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JESUCRISTO explica que cuando veáis florecer la higuera (esto es convertirse a El, el pueblo judío), sería la señal del fin de los tiempos (no del fin del mundo). Podemos ver en internet, vídeos de conversiones, incluso de varios rabinos al Mesías JESUCRISTO.
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