“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente;
y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” [Apocalipsis 13:16-18]

Tecnologías diseñadas específicamente para seguir y controlar los seres humanos han estado en desarrollo durante al menos dos décadas.

En el mundo virtual, los programas de software son capaces de vernos en tiempo real, yendo tan lejos como para hacer predicciones acerca de nuestros comportamientos futuros y el envío de alertas a una central receptora dependiendo de cómo un algoritmo informático sigue el rastro de nuestras actividades. Esto es en sí mismo una propuesta que da miedo.

Ver también: ABORDANDO UN AVIÓN CON UN CHIP NFC EN LA MANO

Lo que puede ser aún más aterrador, sin embargo, es lo que está pasando en el mundo físico, tangible. Según investigaciones de quienes trabajan en el campo de los microchips implantados en humanos, es sólo una cuestión de tiempo antes de que estos sistemas logren una amplia aceptación.

Lo más probable es que quien lee esta nota esté llevando un par de microchips RFID ahora mismo. Y si es así, estos chips están enviando una serie de 15 dígitos que lo identifican. Ese número puede ser recogido por lo que se llama un escáner compatible con la norma ISO, que por cierto están por todas partes también.

Ver: EL CHIP 666 YA ESTA FUNCIONANDO ⚠ YA SE PUEDE PAGAR CON LA MANO

Hoy en día no es posible interactuar con la sociedad de una manera significativa al no tener un teléfono móvil. Los implantes humanos son propensos a ir por una ruta muy similar.

Sería tal la desventaja de no tener el implante que esencialmente se convertirá en no opcional. [Fuente]