Para entender mejor esta parte del estudio, recomendamos leer la entrada anterior: SE INVOCA LA IRA DEL CORDERO: CAPS. 5-19

Éste cap. 8 contiene la apertura del 7mo Sello “El toque de la 1ª Trompeta, la 2ª, la 3ª, y la 4ª”. La apertura del 7mo Sello (vs.1-6); va a desencadenar una serie gradual de 7 Plagas, aunque no serán las últimas (Apc. 15:1). Antes de hacer sonar las trompetas hay una especie de prólogo.

Podemos decir que esta es la 1ª ocasión en la historia conocida que el Cielo esta en silencio. No se registra ni el más leve sonido de movimiento. Es un silencio solemne vs.1, tras del cual aparecen 7 ángeles (vs.2); a quienes se les dan Trompetas.

En un contexto como el actual, lleno de alabanzas, de gritos, este silencio inmediatamente después del 7mo Sello anuncia algo muy solemne, majestuoso y terrible.

El propósito del silencio; durante el Sexto Sello parece como que la humanidad se debilita por primera vez durante la Tribulación. El Dios de misericordia y paciencia espera ahora por un completo arrepentimiento, pero todo es en vano. Dios NUNCA se complace en la muerte del impío (Ezq. 33:11).

La duración del silencio, dura 30 minutos, son 30 minutos literales, lo cual también nos habla como que es el tiempo de espera de una intervención de Dios (Hab. 2:20/ Sof. 1:7/ Zac. 2:13), el número 30 aparece en la Biblia frecuentemente, y esta asociado con un tiempo de duelo. Por ejemplo, Israel hizo duelo por 30 días por la muerte de Aarón (Núm. 20:29), y 30 días por la muerte de Moisés (Deut. 34:8).

Tras el silencio, viene una oración solemne (vs.3-4) podemos ver que se repite la idea de “se les dieron, les dio” esto demuestra que todo esta bajo el control de Dios. El ángel coloca el incienso sobre las brasas y tan pronto hace esto la columna de humo sube hasta la presencia de Dios. Así son hechas eficaces las oraciones de los creyentes que importante papel juegan las oraciones.

Lo que hay que entender bien con todo esto es que no tiene nada que ver con la falsa meditación de los rezos que enseñan los Católicos, ni de aquella supuesta mediación que ellos le atribuyen a los ángeles; nunca se nos enseña en la Biblia que los ángeles o los espíritus de los creyentes que estan en los Cielos oigan nuestras oraciones echas desde la tierra y ellos “intercedan” por nosotros como si ellos fueran nuestros mediadores entre nosotros y Dios.

Al contrario, la Biblia dice que “Hay un SOLO mediador entre Dios y las personas, y ese Mediador es Jesucristo” 1ª Tim.2:5.  La eficacia de la oración se ve de inmediato por medio de fenómenos físicos (vs.5). Y luego de esta introducción los 7 ángeles con sus 7 Trompetas se disponen a tocarlas (vs.6).

Examinemos ahora el contenido del Séptimo Sello el cual consiste de 7 Trompetas de Juicio:

1) La 1ª Trompeta: 8:7. Podemos recordar que la vida vegetal fue la 1ª que fue creada (Gn.1:11-12) y aquí en Apc.8 es la 1ª en ser destruida. Es un desastre ecológico, el planeta es privado de la tercera parte de sus árboles y hierbas. La consecuencia de esto será terrible.

En USA en 1984 el país disponía de una despoblación forestal de la vegetación necesaria para producir el 60% del oxígeno que consume.

La extensión que cubren éstas plagas: Continentes, Mares, Ríos, Manantiales, Luminarias celestes). El enojo justo de Dios es mayor, y llegará a lo máximo en los Juicios de las 7 Copas de Apc.16. Así que Sellos/ Trompetas/ y Copas va en crecimiento su Justo Juicio sobre la humanidad.

Con el toque de la 1ª Trompeta se forma un turbión tropical, que devasta la tercera parte de los árboles. La tempestad de sangre es tal vez el rastro sanguinolento que dejan el granizo y el turbión, lo cual tiene semejanza con la 7ª Plaga de Egipto (Ex.9:13-35) bien podemos suponer que el terrible granizo matará a muchos seres vivientes como por ejemplo: aves, animales, y aún personas.

2) La 2ª Trompeta: 8:8-9. Vemos a un gran monte ardiendo, algunos piensan que puede deberse a una masa meteórica que cae del Cielo directamente al mar; quizás al Mar Mediterráneo. Notemos que dice “COMO” lo que indica que no se trata de una montaña real, sino de algo parecido a una montaña.

En Rusia un río se tiñó de rojo debido a la contaminación, se cree que fue debido a sulfato de hierro. 2016

Una tercera parte del agua queda de color rojo, lo que ocasiona que muera la tercera parte de la vida marítima. La muerte puede ser producida por una reacción química en el agua, tal como la radioactividad que sigue a una explosión atómica. La tercera parte de los barcos queda destruida por la caída de la masa.

3) La 3ª Trompeta: 8:10-11. Esta estrella puede referirse a un meteorito o un cometa que como una enorme masa gaseosa se disuelve en las aguas de los ríos, lagos, manantiales, y los torna amargos como el ajenjo, notemos que el nombre de la estrella es Ajenjo según el vs.11.

En la antigüedad se consideraba el ajenjo como lo más margo que existía, es símbolo de la injusticia, la idolatría y de los Juicios de Dios (Os.10:4/ Amós 5:7) que contiene gases sofocantes y amargos, que cae en los Alpes o en alguna fuente de aguas dulces, así que durante la 2ª Trompeta quedó contaminada una tercera parte del agua salada. Ahora una tercera parte del agua dulce sufre lo mismo.

Por ende también nos habla de la intensa pena y amargura del corazón humano (Lam.3:19); también es sinónimo de veneno (Jer.9:14-15, 23:15). Por eso la contaminación que ocasiona mata a las personas (Se ha dicho que Chernóbil = significa Ajenjo, y todos recordamos las radiaciones maléficas que habían llegado hasta Inglaterra).

Será un cuadro alarmante, el mundo se encontrará como en un desierto sin agua, al no ser potable el agua existente; habrá sin dudas mucha desesperación al no haber agua para beber así que buscarán la forma de purificarla. Pero todo esfuerzo será sin resultados hasta que Dios de un respiro a los seres humanos, buscando que ellos se arrepientan de los pecados pero su corazón continuará endurecido al igual que lo fue el corazón de Faraón en Egipto.

4) La 4ª Trompeta: 8:12-13. Nuestro Señor tenía en mente sin dudas esta Trompeta cuando dijo lo que dijo en Mt. 24:22 y Lc. 21:25. Y la profecía de Amós es significativa aquí en relación a este tema Amós 8:9.

Dios creó en el cuarto día el sol, la luna y las estrellas (Gn. 1:14-16); las cuales servían como señales para las estaciones, días y años. Pero en la Tribulación y durante la 4ª Trompeta cada lumbrera de la tierra quedará limitada por la sentencia de Dios. Tal oscurecimiento es un mal augurio.

Digo esto por la gran influencia que el sol y la luna tienen como astros, sobre la humanidad. Todo esto viene de Dios quién busca que el ser humano se arrepienta de sus pecados. Así que del mundo material solo queda el aire u oxígeno, el cual será herido al sonar la 7ª Trompeta.

Del abismo y del Hades se hablará al sonar la 5ª Trompeta sabemos que todos esto males pasarán y luego vendrá un tiempo de bonanza, pero las 3 Trompetas siguientes traerán consigo una creciente intensidad de castigos.

Juan nos informa que entre la 4ª y 5ª Trompeta 8:13; la palabra ángel que encontramos aquí bien puede traducirse como “Águila” el águila es muchas veces usada por Dios como el método para juicio (Deut. 28:49/ Os.8:1).

Esta puede ser la última vez que un animal habla en la Biblia, la primera fue la serpiente en Gn.3; la segunda fue una asna en Núm.22:28-30; y la tercera vez es aquí en Apc.8 un águila. Aparece en lo alto del firmamento para que su voz sea oída por todo el mundo, porque su mensaje es para aquellos que no son salvos.

No es un ave mensajera de mal agüero, como lo sería el búho, sino que será enviada por Dios para invitar al arrepentimiento. Los 3 Ayes del vs.13 corresponden a las 3 plaga siguientes que serán aún peores que las 4 primeras, lo que hay que entender es que los Ayes en la Biblia es lo contrario a las Bienaventuranzas (Lc.6:20-26).

Quedan por lo tanto 3 calamidades que culminan respectivamente en Apc. 9:12, 11:13 y en los últimos caps. de este Libro. En los mensajes de Juicio Dios advierte, y así en las tinieblas, y en las catástrofes y aún en la desesperación humana las personas pueden buscar a Dios y hallarlo.

Autor: Pastor Carlos A. Di Leo.

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