«Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra» Génesis 9:16.
El Pacto Noeico reafirma las condiciones de vida para el hombre caído tal como se anunciaron en el Pacto Adánico, e instituye el principio del gobierno humano para refrenar el pecado ya que se habla eliminado la amenaza del juicio divino en la forma de otro diluvio. Los elementos del pacto son:
(1) El hombre es responsable de proteger la santidad de la vida humana por medio de gobierno disciplinado para con los hombres, llegando aún hasta la pena capital (Gn. 9:5-6; comp. Ro. 13:17).
(2) No hay maldición adicional sobre la tierra, ni tampoco el hombre debe temer otro diluvio universal (Gn. 8:21; 9:11-16).
(3) Se confirma el orden de la naturaleza (Gn. 8:22; 9:2).
(4) Se agrega la carne de animales al régimen alimentario del hombre (Gn. 9:3-4). Se presume que hasta antes del diluvio el hombre había sido vegetariano.
(5) Se declara proféticamente que los hijos de Canaán, uno de los hijos de Cam, serían siervos de sus hermanos (Gn. 9:25-26).
(6) Se declara proféticamente que Sem tendrá una relación muy especial con Jehová (Gn. 9:26-27). Toda revelación divina se realizó a través de hombres semitas, y Cristo, en la carne, es descendiente de Sem.
(7) Se declara proféticamente que las razas engrandecidas descender de Jafet (Gn. 9:27). En términos generales, el gobierno, la ciencia y el arte provienen de Jafet, de modo que la historia es el registro indisputable del cumplimiento exacto de estas declaraciones.
Comentario por el Dr. C. I. Scofield