Heather Barwick, quien fue criada por su madre y la pareja lesbiana de su madre, escribió en un ensayo esta semana que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es lo mismo que el matrimonio normal entre un hombre y una mujer, que la familia tradicional es la mejor y que mientras crecía, «ansiaba cada día por un papá».

Barwick, que ahora tiene 31 años, se casó y tiene cuatro hijos, dijo que «mientras digan que es lo mismo el matrimonio entre personas del mismo sexo y la crianza de los hijos sin la madre o sin el padre o que digan que esto no importa, es mentira. Sí que es importante.»

«Muchos de nosotros y muchos de sus hijos, están sufriendo», escribió Barwick en su ensayo para el sitio web The Federalist . «La ausencia de mi padre creó un enorme agujero en mí, y ansiaba cada día por un papá, amaba a la compañera de mi madre, pero otra madre nunca podría haber reemplazado al padre que perdí».

«Crecí rodeada de mujeres que dijeron que no necesitaban ni querían un hombre», dijo Barwick. «Sin embargo, cuando era niña, quería tan desesperadamente a un papá, es una cosa extraña y confusa andar con este profundo dolor inextinguible por un padre, por un hombre, en una comunidad que dice que los hombres son innecesarios.»

Barwick dice que ama a su mamá gay y a la gente gay en general pero que la naturaleza del matrimonio entre personas del mismo sexo hizo que escriba sobre este tema.

«El matrimonio homosexual no sólo redefine el matrimonio, sino también la crianza de los hijos», dice. «Promueve y normaliza una estructura familiar que necesariamente nos niega algo precioso y fundacional, nos niega algo que necesitamos y anhelamos, al tiempo que nos dice que no necesitamos lo que naturalmente anhelamos. Pero no lo estamos haciendo.»

El matrimonio tradicional hombre-mujer y la familia «se puede romper y causar sufrimiento en los niños», dijo Barwick, a través de «divorcio, abandono, infidelidad, abuso, muerte, etc.»

«Pero en general, la estructura familiar mejor y más exitosa es aquella en la que los niños son criados tanto por su madre como por su padre», dijo.

Los hijos del divorcio pueden notar cómo el divorcio les afectó, o los niños adoptados pueden anhelar conocer a sus padres biológicos, pero los hijos de padres del mismo sexo no tienen esa «misma voz».

-No sólo soy yo -dijo Barwick-. «Hay muchos de nosotros, muchos de nosotros tenemos miedo de hablar y de hablar de nuestro dolor, porque por alguna razón parece que no está escuchando, que no quieren oír».

«Si decimos que estamos sufriendo porque fuimos criados por padres del mismo sexo, somos ignorados o etiquetados como odiadores», escribió .

Al final de su ensayo, Barwick apeló a la comunidad gay y su aparente tolerancia y apertura a las diversas ideas, diciendo: «Sé que es una conversación difícil, pero tenemos que hablar de ello.» Si alguien puede hablar de cosas difíciles, somos nosotros, tú me enseñaste eso. (…) [Fuente]