¿Quiénes son los demonios?

Jesús dijo: «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?» Mt. 7:22.

La traducción del griego daimonia es “demonios” (plural). “Diablo” (gr. diabolos), e.d. Satanás, siempre es singular pues hay uno solo.

En el N.T. hay abundante testimonio en cuanto a la realidad y la personalidad de los demonios. En cuanto a su origen, no hay una clara revelación, pero no deben confundirse con los ángeles mencionados en 2P. 2:4: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;”; Jud. 6: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”.

Resumen:
(1) Los demonios son espíritus: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.» Mt. 12:43- 45.
Emisarios de Satanás “Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.” Mt 12:26-27.
Son tan numerosos como para lograr que el poder de Satanás este prácticamente en todas partes: “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.” Mr. 5:9.

(2) Son capaces de entrar en hombres animales y controlarlos: “ Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas.
Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.”
“Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.”
 Mr. 5:2-5,11-13.

Con empeño buscan un cuerpo, sin lo cual aparentemente no tienen poder para el mal: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.” Mt 12:43-44; Mr. 5:10-12.

(3) El N.T. distingue entre influencia y posesión demoníaca. Ejemplos de esta última se hallan en Mt. 4:24: “Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.”; 8:16: “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;” Ver también Mt 4:28,33; 9:32; 12:22; Mr. 1:32; 5:15-16,18; Lc. 8:36; Hch. 8:7; 16:6.

(4) Los demonios son inmundos, tétricos, violentos y malignos, Mt. 8:28: “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.”; 9:33: “Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.”; ver también Mt 10:1; 12:43; Mr. 1:23; 5:3-5; 9:17,20; Lc. 6:18; 9:39.

(5) Saben que Jesucristo es el Dios Altísimo y reconocen su autoridad suprema, Mt. 8:31-32: “Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.”; Mr. 1:23-24: “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.”; Ver también Hch. 19:15; Stg. 2:19.

(6) Saben que su destino eterno será de tormento, Mt 8:29: “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”; Lc. 8:31: “Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.”.

(7) Infligen males físicos, Mt. 12:22: “Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.”; ver también Mt. 17:15-18; Lc. 13:16. Sin embargo, la enfermedad mental debe distinguirse del desorden mental como resultado del control demoníaco.

(8) La influencia demoníaca puede manifestarse en ascetismo religioso, y degenerar en impureza. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.” 1 Ti. 4:1-3.

(9) La señal de influencia demoníaca en la religión es el apartarse de la fe, e.d. del conjunto de la verdad revelada en las Escrituras. 1 Ti. 4:1: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.”

(10) Los demonios sostienen un conflicto con los cristianos que desean ser espirituales, Ef. 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”; 1 Ti. 4:1-3.
Los recursos del cristiano son oración y control del cuerpo, Mt. 17:21: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”, “toda la armadura de Dios” (Ef. 6:13-18).

(11) Todos los incrédulos están expuestos a posesión demoníaca, Ef. 2:2: “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.”

(12) En caso de posesión demoníaca, se practicaba el exorcismo en el nombre de Jesucristo: “Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.” Hch. 16:18.

(13) Una de las características horrorosas de los juicios apocalípticos en que terminará esta era, es que saldrán los demonios del abismo Ap. 9:1- 11,20):

«El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.

Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.

Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.

Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.

Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.

Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;

tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;

tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;

10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.

11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.

20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar.»

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

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