El debate es si el embrión es una cosa o una persona. Se busca cosificar al embrión para cauterizar el dolor natural que se puede sentir frente a la decisión de abortar. Una mujer embarazada es madre. El aborto no cambia su condición. Será la madre de un hijo muerto» plantea el pastor Gabriel Ballerini, director de Bioética de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), que ante la consulta de LA NACION, explicó cuál es la postura de una importante parte de la iglesia evangélica: En contra del aborto, incluso en casos de violación o riesgo para la mujer. El teólogo y pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal, Norberto Saracco tiene otra visión sobre los abortos no punibles «Son soluciones no deseadas pero necesarias», aporta. La iglesia evangélica no tiene una estructura vertical. Por esa razón, no hay una posición unificada. Aunque sí, ambos pastores se pronunciaron en contra del aborto y sostuvieron que la persona existe desde la fecundación.
– ¿Qué pone en juego este debate sobre el aborto?
Saracco: -Nuestra valoración de la vida, como sociedad. En especial la vida del más indefenso que es el niño por nacer. Esto no significa negar la potestad que la mujer tiene sobre su cuerpo, pero si admitir que el uso de esa libertad no la habilita para decidir sobre la vida del ser que está gestando.
Ballerini: –El gran tema de fondo que pone en juego este debate es cuál es el status del embrión, ¿es una persona? ¿es una cosa? ¿es vida humana diferenciada de la madre? o es solo un conjunto de células o tejidos que todavía no es persona? En definitiva, ¿qué es el aborto? ¿Es la simple e inocente interrupción de un embarazo? o ¿es la muerte provocada e intencional de una persona por nacer? ¿es un derecho o es un delito?
-¿Cuál es la postura de los evangélicos? ¿En qué se sustenta?

Saracco: – En primer lugar, una actitud de comprensión ante la difícil situación que enfrentan muchas mujeres al considerar la posibilidad de abortar. Reconocemos que muchas llegan a considerar abortar por la carga emocional y humana que les significa traer al mundo a un hijo/a. Sin embargo no creemos que la solución a semejante problema sea suprimiendo la vida del ser que lleva en su cuerpo. Por esta razón es que creemos que el estado tiene la responsabilidad de generar políticas de prevención de embarazos no deseados, ya sea mediante la educación, el uso de métodos anticonceptivos no abortivos, la creación de espacios de cuidado y contención para las madres y políticas de adopción.
Ballerini: -: Estamos a favor de la vida y creemos que las vidas de las dos personas están en juego: la de la madre y la del niño por nacer. Por eso, nos pronunciamos en contra del proyecto de ley. El falso argumento llamado «derecho a elegir», nada dice del «derecho a vivir». La ideología favorable al aborto trata de instalar la idea de que solo existe una persona, negando la realidad y el dato duro de la ciencia que afirma que hay dos. Nuestra posición no es confesional o religiosa, sino científica, racional y ética. El aborto no es un derecho, en nuestra legislación es un delito. Todo el ordenamiento jurídico argentino, protege al niño por nacer desde su concepción. Nadie puede decidir quién vive y quién no, ya que no existe un derecho a matar. El debate no debe enmascararse como una discusión médica, ya que no es propio de la medicina el matar. El aborto es contrario a la salud. No es la interrupción de un embarazo. Es un acto de extrema violencia que termina con la vida de un inocente, que en todas sus formas quebranta el mandato universal «No matarás». La salud pública argentina necesita encontrar propuestas que cuiden y protejan. La prevención, la educación sexual, la anticoncepción, el acompañamiento a las mujeres embarazadas, la mejora de la ley de adopción son alternativas.
-¿Se admite en ciertas circunstancias?
Saracco: -La ley argentina contempla casos extremos que bien aplicados son una solución no deseada, pero necesaria.
Ballerini: – Actualmente la ley admite causas de no punibilidad y una de ellas es la violación. Pero el aborto siempre es la terminación de una vida. Las iglesias evangélicas estamos junto las personas y sus problemas todos los días. Sabemos que hay situaciones difíciles y dolorosas, violencia, marginalidad y pobreza, falta de educación, soledad y abandono; pero el aborto nunca es la solución. Daña física y emocionalmente a la mujer, y con ello también a su familia y entorno. Una mujer embarazada es madre, y el aborto no pondrá fin a su condición; si aborta, seguirá siendo madre, pero de un niño muerto. El síndrome post aborto, incluye los efectos psicológicos y emocionales propios de un evento traumático. El abuso sexual es un acto de violencia contra una mujer inocente; pero el aborto es un acto de violencia extrema contra un niño inocente.
– ¿Cuándo comienza la vida? ¿Y la persona?
Saracco: –La vida comienza en el momento de la concepción. Esto no es una posición religiosa, sino científica. Hay una vida intrauterina que continúa y se desarrolla después del parto.
Ballerini: -La vida humana comienza en el mismo momento de la fecundación. Es falso que el inicio de la vida humana corresponde a una construcción social. Es falso que los científicos no se ponen de acuerdo en cuándo comienza la vida. El único acto que lleva en sí mismo la potencia de generar una vida humana es la fecundación. Afirmar que la vida humana comienza después de la fecundación, no es científico, es una afirmación arbitraria, fruto de ideologías o intereses ajenos a la ciencia. No puede haber vida humana sin haber persona humana. El embrión no es una persona en potencia, lo es en acto. La única manera de acallar la voz de la conciencia y cauterizar el dolor natural que se puede sentir frente a la decisión de un aborto es cosificando al embrión, negar la realidad científica y decir que no es humano. Pero el aborto es la muerte intencional de una vida inocente. [Fuente]