En las regiones nórdicas de Europa, así como también en Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado con varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de varios colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. ¿Pero de dónde proviene esta costumbre? ¿Debemos de suponer que los cristianos del Nuevo Testamento pintaban huevos? ¿Tienen algo que ver los huevos con Cristo o con su resurrección? La respuesta es obvia. Este uso es completamente extraño a la Biblia.

¡En cambio, el huevo es un símbolo sagrado que usaron los babilonios! Creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Éufrates. De este maravilloso huevo —de acuerdo con la historia— fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (en el idioma inglés se usa Easter). De Babilonia —la madre de las falsas religiones—, la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; por esto hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones:
Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe idólatra.
La procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo.
En los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva.
En China, hasta nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado.
En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear sus huevos sagrados de forma muy brillante.
En la Europa del Norte, en tiempos paganos, los huevos eran usados como símbolos de la diosa Astarté (Easter).
Entre los egipcios, el huevo asociado con el sol —«el huevo dorado»— Sus huevos coloreados eran usados como ofrenda de sacrificio durante las fiestas de Astarté.
La Enciclopedia Británica dice: «El huevo, como un símbolo de fertilidad y de renovación de la vida, proviene de los antiguos egipcios y persas, quienes también tenían por costumbre el colorear huevos y comerlos durante su festival de primavera». Nadie puede discutir el hecho de que el huevo es un símbolo sagrado y parte de las festividades paganas desde tiempos atrás.

¿Cómo llegó entonces esta costumbre a ser asociada con la cristiandad? De igual manera como otros ritos fueron adoptados por la «Iglesia» para acercar el paganismo a la fe cristiana, buscando alguna similitud entre tales costumbres y algún evento cristiano. Ver: EL COMIENZO DE LA APOSTASÍA.

Así, en este caso, se sugirió que al igual que un pollo sale del huevo, ¡Cristo salió de la tumba! De ésta manera los líderes apóstatas —faltos del Espíritu Santo de Dios—, dijeron al pueblo que el huevo era un símbolo de la resurrección de Cristo. ¡El papa Pablo V decretó una oración en conexión con el huevo! «Bendice, oh Señor, te pedimos, a esta tu creación de huevos, que sean sustento a tus siervos, comiéndolos en recuerdo de nuestro Señor Jesucristo.» Otra mezcla que pasó a la Babilonia moderna y ha llegado a ser una costumbre de nuestros días.
Así como el pez fue asociado con la diosa como señal de fertilidad sexual, también el huevo era otro símbolo de fertilidad. Cuando lo analizamos es trágico que simbolismos viciosos como éstos hayan llegado a ser relacionados con la cristiandad, cuando en realidad estas cosas no tienen conexión alguna con el verdadero cristianismo.
Extracto del libro: Babilonia Misterio Religioso -Antiguo y Moderno- Ralph Woodrow
Un comentario en “El origen del ‘Huevo de Pascuas’”