En una opinión personal, si como cristiano voy a una pastelería, donde se que el dueño es un satanista y se niega a hacerme una torta que diga «Cristo salva», me doy media vuelta y voy a otro lado, ni remotamente pensaría en presentar una demanda. Lo mismo pasaría con una pastelería donde los dueños sean homosexuales y les pido una torta que diga «El único matrimonio es entre un hombre y una mujer», si se negaran no presentaría ningún tipo de demanda contra ellos ya que respeto su decisión y posición en ciertos asuntos, mas allá de que no las comparta.

Esto claramente es una persecución contra la fe cristiana por parte del movimiento LGBT, vaya sorpresa, nunca una pareja homosexual presentó ningún cargo contra un pastelero musulmán, ¿por qué? ¡porque ni se atreven a entrar a una pastelería de un musulmán a pedir una torta para un casamiento homosexual!.  Qué hipocresía.

Resulta que el movimiento que quiere levantar la bandera de la tolerancia y la aceptación de ‘todos’, es justamente el más intolerante y excluyente, totalmente parcial y con una agenda muy definida, el ataque directo a cristianos que tengan otro punto de vista y el sacudir las bases en la que la sociedad occidental ha sido construida.

Agencia AFP El Tribunal Supremo de Estados Unidos otorgó el lunes una victoria histórica a un repostero que se había negado a preparar una torta de bodas para una pareja homosexual, al considerar que sus derechos religiosos se habían visto vulnerados.

En una decisión de una mayoría de siete contra dos, la máxima corte del país dictaminó que una comisión de Colorado, que había decidido que el comerciante debía atender a todos sus clientes independientemente de su orientación sexual, demostró una «animadversión evidente e inaceptable» hacia la religión.

Según los magistrados, esta comisión, en cuyos criterios se apoyaron los tribunales inferiores, tuvo que considerar este caso de manera imparcial. (…)

La decisión del Tribunal Supremo tiene, sin embargo, un alcance limitado al haberse cuidado de no definir un marco en el que un comerciante podría rechazar tal o cual acto en nombre de sus creencias profundas.

La batalla sobre el fondo del asunto probablemente continuará, con grandes implicaciones para la sociedad estadounidense debido a los principios que están en juego: la libertad religiosa, la igualdad sexual y la libertad de expresión protegida por la primera enmienda de la Constitución.

La querella enfrenta a un repostero del estado de Colorado, Jack Phillips, y a dos hombres hoy en día casados, Dave Mullins y Charlie Craig.

Invocando su fe cristiana, Phillips había dicho el 19 de julio de 2012 en «Masterpiece Cakeshop», su pastelería en los suburbios de Denver, que no podía aceptar el pedido de Mullins y Craig, que se casarían y le habían encargado un pastel de bodas.

Sus abogados argumentaron que el pastel representaba en esta ocasión la institución del matrimonio y que, por lo tanto, era transmisor de un mensaje.

Esto recién comienza.