En el libro 1984, Orwell escribe sobre el crimen facial en la Parte 1, Capítulo 5:

“Lo más pequeño podría delatarte. Un tic nervioso, una mirada inconsciente de ansiedad, un hábito de murmurar algo, todo lo que conlleva la sugerencia de anormalidad, de tener algo que ocultar. En cualquier caso, usar una expresión impropia en su cara (mirar con incredulidad cuando se anunció una victoria, por ejemplo) era en sí mismo un delito punible. Incluso había una palabra para eso en Newspeak: Crimen Facial, se llamaba».

En una escuela de los EE.UU. un nativo americano Nathan Phillips caminó directamente hacia el centro de un grupo de adolescentes de Covington High School. Al enfrentarse con un adolescente cara a cara, Nick Sandmann cometió -según los medios de comunicación lo promocionaron- el crimen de sonreír. Tal como se lee, una gran puesta en escena fue hecha luego de que se vea al adolescente sonreír mientras estaba con Nathan Phillips.

Una vez más, ni el mismo Orwell podría creer esto si lo viera con sus ojos. Al victimizar a Sandmann sobre una expresión facial, los izquierdistas imitan el trato de los disidentes por parte de Gran Hermano que cometió un «delito de facial».

En el libro también se señala que una «persona cometió un delito facial si tenía una expresión políticamente incorrecta en su rostro en cualquier momento».

Pensemos cuando un gobierno mundial esté en escena, ¿cuál sería el castigo para alguien que cometa un «crimen facial» contra el líder supremo, quien será nada más ni nada menos que el anticristo.