Aunque los Estados Unidos no va a la cabeza de países que quieren abandonar el dinero efectivo, de a poco esto va ganando terreno.
Lentamente, las empresas de DC están abandonando el papel moneda por plástico, adoptando una tendencia que está ganando terreno en todo el país.
«Estoy totalmente a favor del sistema sin efectivo» en los autobuses, dijo a la AFP Rogers Ferguson, un nativo de Washington de 52 años y veterano de la Marina.
«Viajo mucho al extranjero, así que estoy muy acostumbrado a no llevar efectivo».
El World-Payments-Report-2018, publicado este mes por la consultora Capgemini y el gigante bancario BNP Paribas, indica un auge mundial sin efectivo.
En 2015-2016, 483 mil millones de transacciones fueron sin efectivo. Se espera que ese número aumente a una tasa anual compuesta del 13 por ciento hasta 2021, según el informe.
A pesar de que Estados Unidos a menudo ha sido un rezagado en términos de innovaciones de pago, las empresas en Washington están adoptando el modelo sin efectivo.
Como siempre, la excusa para esto es: «El efectivo es costoso de transportar, hay que contarlo, hay que preocuparse de que desaparezca y también hay que preocuparse por la seguridad de sus empleados», explicó James Angel, profesor de McDonough School of Business de la Universidad de Georgetown..