Por más increíble que parezca, en pleno 2019, cuando todo parece ir en contra de la razón e incluso en contra del sentido común, Dios puede demostrar que aunque los medios digan lo que digan, aunque los grandes capitales y organismos internacionales como las Naciones Unidas empujen sus agendas de destrucción, Él sigue al control.

En Australia millones de personas votaron en el día de ayer en contra de la agenda «progre». Los medios de comunicación daban por ganada la elección al candidato del partido ‘Labor’, Bill Shorten, abiertamente anticristiano, ferviente defensor del movimiento LGBT y una amenaza latente contra los cristianos y la libertad de religión y expresión, como nunca antes se había visto en Australia.

Pese a tener todo en contra, Scott Morrison ha salido victorioso en las elecciones nacionales del 18 de Mayo de 2019. Morrison es un cristiano que ha estado en frente del gobierno Liberal de Australia en los últimos meses. «Yo siempre he creído en milagros» dijo ScoMo -como lo apodaron sus colegas-, porque aunque todo lo mostraba como perdedor en las elecciones, Dios ha mostrado su misericordia con el país australiano una vez más.

¿Por qué es esto tan importante? Porque es una bocanada de aire fresco en medio de una política internacional destinada a destruir la familia y atacar todas las bases cristianas de nuestra sociedad occidental. Morrison es un abierto defensor de los derechos de los niños; mientras su oponente, Bill Shorten, dijo hace un tiempo atrás que los cuenta cuentos «Drag Queen» deberían implantarse en las bibliotecas públicas, Morrison dijo «dejen a nuestros niños en paz».

Mientras los medios australianos y las grades corporaciones como Quantas (la empresa de aviación de Australia), entre otras, hicieron una increíble «caza de brujas» contra el mejor jugador de rugby del momento en el país, Istrael Foleau, por postear un texto bíblico en su cuenta de Instagran, lo que le costó su trabajo y un ataque constante contra su persona, Morrison dijo «Dios bendiga a Australia» en el cierre de su discurso al ser nombrado como ganador de las elecciones.

Miles -y porqué no, millones- de personas oraban por estas elecciones, para que el Dios Todopoderoso tenga misericordia de Australia, y así fue, Dios ha sido misericordioso una vez más y ha permitido que un Primer Ministro cristiano sea el líder del país por los próximos 3 años.

La oración tiene poder.

La Palabra de Dios dice:  «si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.» 2 Crónicas 7:14.

Durante los festejos del sábado de noche, tras dar su discurso, un periodista le preguntó a Morrison: ¿cuáles son sus planes para mañana?, él respondió, «ir a la iglesia, como siempre».

«Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.» Proverbios 29:2.

Oremos por nuestros gobernantes, para que busquen la voluntad y la guía de nuestro Señor y para que la Palabra de Dios, la Biblia, sea la base de nuestros países.

Hoy es un gran día para el pueblo cristiano, sin dudas.