Continuación del artículo: SIN DINERO EN EFECTIVO NO HAY PRIVACIDAD EN LAS COMPRAS
Imaginemos lo que pasaría el día que un gobierno autoritario tome el poder mundial y todas las divisas sean eliminadas, solo habrá una moneda común mundial y no existirá el dinero en efectivo. ¿Qué pasar con una persona que esté en desacuerdo con lo que el gobierno dicte? Hoy en día una persona podría agarrar todos sus ahorros y simplemente escapar El día que todo sea manejado digitalmente esta opción simplemente no existirá, estamos a merced de que un simple clic haga desaparecer todo nuestro dinero.
Alice A. Bailey, ocultista, espiritista y base de la doctrina de las Naciones Unidas ha dicho: “Todo el que no vea una diferencia básica entre una religión y otra, o entre un hombre y otro o bien entre una nación u otra va a unirse con él (el anticristo). Aquellos que sostengan el espíritu de la exclusividad y separación van a ser expuestos automáticamente y revelado, todos los hombres sabrán de ellos por lo que son”.
Esto es una clara advertencia de lo que sucederá con quien no se arrodille ante este nuevo régimen y ante su líder. Uno de los castigos podría ser, tranquilamente, la desaparición de todo su dinero.
Si nuestras transacciones tienen que ser de forma electrónica de manera obligatoria porque ya no existe el dinero en efectivo, nuestro dinero se movería de un sitio a otro, es decir, de una entidad bancaria a un comercio o tienda mediante un intermediario, eso si no estamos utilizando una criptomoneda o una red de blockchain.
De esta manera no solo estamos exponiendo a que la entidad bancaria nos pueda denegar el acceso a nuestro propio dinero, sino que también estamos expuestos a los intermediarios que pueden bloquear nuestras transacciones.
Debemos tener en cuenta que si solo existiera el dinero de forma electrónica, éste estaría en una infraestructura electrónica, lo que significa que puede haber un fallo en su hardware o su software, lo que nos dejaría sin acceso a nuestro dinero o podría desaparecer, es decir, perderlo.
Otros de los posibles riesgos de que se deje de utilizar el dinero en efectivo, y dado que no tenemos el dinero de forma física, es que estaríamos expuestos a que las instituciones puedan cogerlo sin permiso. Es decir, nuestros ahorros ya no solo dependerían de la entidad bancaria y de los intermediarios, sino también del sistema financiero, y a nivel global del Estado.