La profecía bíblica es la clave para entender el pasado y también el futuro. Mientras que a los escépticos quizás les parezca absurdo, esto puede probarse fácilmente. Debido a que la mayoría de las profecías registradas en la Escritura ya se han cumplido, es por lo tanto un asunto simple el determinar si las profecías de la Biblia son fidedignas.
Hay dos temas proféticos sobresalientes que corren consecuentemente a lo largo de toda la Escritura: (1) Israel; y (2) el Mesías que viene a Israel y a través de Israel al mundo como el Salvador de toda la humanidad. Casi todas las otras profecías giran en torno a estos dos temas centrales, ya sea el arrebatamiento de la iglesia, el Anticristo, su gobierno y religión mundial venideros, la batalla de Armagedón, la segunda venida de Cristo, o cualquier otro acontecimiento profetizado. La Biblia es absolutamente única en su género en presentar estas profecías, que ella registra en detalle especifico, que comienzan más de 3.000 años en el pasado.
Alrededor de un treinta por ciento de la Biblia está dedicada a la profecía. Ese hecho convalida la importancia de lo que se ha vuelto un tema descuidado. En agudo contraste, la profecía está totalmente ausente del Corán, de los Vedas hindúes, de la Baghavad Gita, del Ramayana, de los dichos de Buda y de Confucio, del Libro de Mormón, o de cualquier otro escrito de las religiones del mundo. Este hecho solamente provee un sello innegable de la aprobación divina sobre la fe judeocristiana, que todas las otras religiones carecen.
El registro impecable del cumplimiento de las profecías bíblicas es suficiente para autenticar la Biblia, a diferencia de todos los otros escritos, como la sola, única e infalible Palabra de Dios.
Extracto del libro: Una mujer cabalga la bestia. Dave Hunt.