Todos, en algún momento de sus vidas, se han encontrado con una bienaventuranza. Ahora, si te quedaste rascándote la cabeza cuando leíste el término «Bienaventuranza», permitime que te lo defina. Las Bienaventuranzas fueron una serie de bendiciones dadas por Jesús en su famoso «Sermón del Monte». Seguramente has escuchado esto antes: «Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad» Mt. 5:5.
Ahora, si bien todos han escuchado al menos una de las Bienaventuranzas en algún momento de sus vidas, ¿son todos conscientes de que hay una Bienaventuranza que Jesús rechazó? Antes de discutir la bienaventuranza que Jesús rechazó, los invito a ver algunas de las declaraciones actuales del sistema político-religioso más poderoso del mundo, a saber, la Iglesia Católica Romana:
- María reza sin cesar, y su respuesta a nuestra solicitud -una y otra vez- en cada Rosario, con cada «Ave María», es sí. Ella sigue siendo una criatura, amada por Dios, honrada por encima de todas las demás por su perpetuo «sí» al amor de Dios, y «sí» a nosotros que pedimos ser amados .
- Dios hizo a María sin pecado, pero con el libre albedrío para aceptar o rechazar este regalo. Ella obedeció. (1)
¿Te da vueltas la cabeza después de leer esas declaraciones? En caso de que se lo preguntes, la María a la que se hace referencia en las declaraciones anteriores es María, la madre de Jesús. Cualquiera que lea las declaraciones anteriores con una mente objetiva y abierta llegará a la conclusión de que la Iglesia Católica Romana le ha dado a María atributos divinos. Considerá esto. La Biblia dice que «todos pecaron» y que Cristo solo estuvo «sin pecado». (Romanos 3:23, Hebreos 4:15). La Biblia también dice que Jesús está intercediendo u orando por nosotros (Romanos 8:34). Jesús mismo dijo: «Oro por ellos» Jn. 17:9. ¿Las declaraciones de la Iglesia Católica Romana contradicen las declaraciones claras de la Biblia?

Volvamos a la bienaventuranza que Jesús rechazó. En Lucas 11, Jesús estaba enseñando cuando una mujer en la multitud que escuchaba abruptamente habló y dijo: «Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste». Esta mujer estaba enseñando la misma doctrina de la «Santísima María Eterna» que la Iglesia Católica Romana enseña hoy. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús a esta idea? Jesús respondió: «Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan» Lc. 11:27-28.
Jesús puso énfasis en la obediencia a la Palabra de Dios, que se llama Libro de la Ley (Isaías 34:16). La bienaventuranza que Jesús rechazó es la atribución de características divinas a su madre María. [Fuente]