A medida que avanzamos a una Gobernanza Mundial y a un plan de unificación de las religiones y las monedas, el papa Francisco dio un batacazo al decir que puede ser momento de considerar un salario básico universal. Una muestra más de que avanzamos a un mundo totalmente centralizado y controlado. El día que todas las personas dependan del pago del gobierno para subsistir -ya sea por haber perdido su trabajo y incluso por holgazanería- el poder del gobierno sobre la ciudadanía será total.

Imagine la situación en la que usted dependa del ingreso universal que el gobierno pueda darle, si usted presenta una amenaza para la agenda del líder o del partido gobernante en sí, su ingreso puede ser simplemente cancelado y quedaría en la miseria total. Cuanto más se depende del gobierno, más vulnerable uno se vuelve y termina siendo un complaciente y una oveja manejada a merced del poder de turno.

Imaginemos la situación donde casi la mitad de la población mundial pueda ser desempleada (ver THE ECONOMIST: EL 47% DE LOS EMPLEOS SE AUTOMATIZARÁ EL 2034 Y NINGÚN GOBIERNO SE PREPARA) y volverse dependiente del gobierno. Imaginemos un gobierno mundial con un líder a la cabeza, un líder que sería el «salvador» de una humanidad desesperada, un líder que le «saca al que más tiene para darle al que menos tiene», una especie de superhumano, el tan ansiado hombre que «resolverá todos los problemas de la humanidad». La Biblia define a esta persona como el anticristo y su entrada en la escena mundial está cercana. El Señor Jesús dijo que «del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre» (Mt. 24:36) y por eso nos llamó a estar vigilantes.

En medio de la pandemia de COVID-19, el papa Francisco dice que podría ser hora de algún tipo de ingreso básico universal. “Este puede ser el momento de considerar un salario básico universal” para “reconocer y dignificar las tareas nobles y esenciales” y “lograr el ideal … de ningún trabajador sin derechos”.

“Muchos de ustedes viven día a día, sin ningún tipo de garantía legal para protegerlos». “Vendedores ambulantes, recicladores, carnies, pequeños granjeros, trabajadores de la construcción, modistas, los diferentes tipos de cuidadores: ustedes que son informales, que trabajan por su cuenta o en la economía de base, no tienen ingresos estables para superar este momento difícil. … y los bloqueos se están volviendo insoportables ”.

Hablar de un ingreso básico universal (UBI), o pagos regulares en efectivo con requisitos mínimos o nulos para recibir el dinero, se ha puesto en primer plano a medida que el distanciamiento social y las preocupaciones económicas han dejado a millones de personas sin trabajo.

En respuesta a la pandemia de COVID-19, varios países están dando dinero aparentemente gratis a los residentes, como ser Estados Unidos y Canadá. España ha dicho que el país también está trabajando para implementar un tipo de pago de ingreso básico universal, por nombrar algunos.

Interesantemente -y un poco de manera cínica- Francisco cerró su discurso diciendo: “Nuestra civilización, tan competitiva, tan individualista, con sus ritmos frenéticos de producción y consumo, sus lujos extravagantes, sus ganancias desproporcionadas para unos pocos, necesita reducir, hacer un balance y renovarse”.

Sería bueno que Francisco comunique cuándo el Vaticano empezaría a vender al menos algunas de sus propiedades para repartir entre los que menos tienen. Ver: DOCUMENTOS FILTRADOS DEL VATICANO.

Para dar una nota de color, Ian Goldin, profesor de globalización y desarrollo en la Universidad de Oxford, argumentó en el Financial Times que “las personas obtienen no solo ingresos, sino también significado, estatus, habilidades, redes y amistades a través del trabajo. Limitar los ingresos y el trabajo, al tiempo que recompensa a las personas por quedarse en casa, es lo que subyace en la decadencia social”.