Dafna Meir trabajó como enfermera en el departamento de neurocirugía del Centro Médico Soroka en Beersheba. También fue consejera prematrimonial para novias. El Dr. Ahmed Nasser, que trabajó junto a ella en el hospital, la describió como su «mejor amiga» en el departamento, siempre servicial, animando a todos, tratando a todos por igual, judíos o árabes. Dafna había estado estudiando árabe y le dijo al Dr. Nasser que «somos vecinos y deberíamos hablar el mismo idioma».
Tuvo cuatro hijos y dos hijos adoptivos. “Era una mujer feliz, alegre, optimista, motivada, responsable, cariñosa”, relata una vecina.
El 17 de enero de 2016, Dafna estaba pintando la puerta principal de su casa. Su hija mayor, Renana, la escuchó gritar. La niña corrió en su ayuda, solo para ver a un terrorista palestino apuñalar a su madre repetidamente. Dafna trató de luchar contra el agresor, protegiendo a los tres niños que estaban en casa en ese momento. Renana gritó pidiendo ayuda y el terrorista huyó.
Dafna fue declarada muerto en el lugar.
Su asesino fue un niño de 15 años llamado Morad Bader Abdullah Adais, que fue capturado al día siguiente.
Han pasado cinco años y Adais está muy feliz, porque su salario por ser un asesino se está duplicando a partir de esta semana.
Según la estructura salarial móvil de la Autoridad Palestina para terroristas y asesinos, Adais ahora pasará de recibir 2.000 shekels al mes a 4.000.

Al trabajador palestino medio se le paga unos 2.500 shekels al mes, lo que significa que Adais, que ahora tiene 20 años, gana mucho más dinero que los palestinos que tienen que trabajar para ganarse la vida. Para los palestinos, Morad Adais es un héroe que merece cada centavo de su premio de vida por apuñalar repetidamente a una madre que era culpable del crimen de ser judía. [Fuente]