A veces no sabemos cómo apoyar a los hermanos en la fe que sufren en otros países; aunque todos los que nacimos de nuevo tenemos una herramienta poderosa y efectiva que deriva cualquier frontera y distancia, es la oración.
Lo mejor que podemos hacer por los hermanos en la fe perseguidos, enfermos o atribulados es orar para que nuestro Padre les consuele, sane, conforte y anime.
«que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.
15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.»
[2 Corintios 4:8-15]
En todo Oriente Próximo y en el norte de África, los musulmanes que se convierten al cristianismo se enfrentan a una intensa lucha en su nueva identidad en Cristo. Dejar el islam muchas veces supone la exclusión, el aislamiento y a veces también situaciones que ponen en riesgo su propia vida. Seguir a Cristo habiendo sido musulmán puede costarte cinco cosas: tu familia, tus amigos, tu iglesia, tu país y tu vida. Seguir leyendo Cinco cosas que puedes perder si eres cristiano de trasfondo musulmán