Un intelectual francés, Christian Moliner, sugirió recientemente que Francia debería establecer un Estado musulmán dentro de un estado que se adhiera a la ley de la sharia, dentro de las fronteras de Francia, para evitar una guerra civil. Advirtiendo contra el rechazo a tratar con los problemas del islamismo en Europa debido a la corrección política, declaró:

«Por temor a la aparición de islamofóbicos, para satisfacer esta bulliciosa franja de musulmanes, los gobiernos están dispuestos a aceptar la propagación de prácticas radicales en todo el país … [algunos] territorios están fuera del control de la República.

Hay lugares donde la policía sólo puede ingresar a la fuerza y por períodos de tiempo limitados… Nunca podremos convertir al 30% de los musulmanes que exigen la introducción de la sharia a los méritos de nuestra democracia y secularismo. Ahora estamos permitiendo que ocurra la segregación, aunque no lo llamemos con ese nombre».

¿La solución de Moliner?

«… Establecer un sistema dual de derecho en Francia… un territorio, un gobierno, pero dos pueblos: los franceses con las leyes usuales y los musulmanes con estado coránico (pero solo para quienes lo eligen). Estos últimos tendrán derecho de voto, pero aplicarán la Sharia en la vida cotidiana, para regular las leyes matrimoniales (que legalizarán la poligamia) y la herencia. Ya no se aplicarán a los jueces franceses por disputas entre musulmanes y los conflictos entre cristianos y musulmanes seguirán siendo responsabilidad de los tribunales ordinarios… »

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La propuesta de Moliner representa una rendición total al Islam político y es indignante, especialmente considerando que los musulmanes solo comprenden un poco más del cinco por ciento de la población francesa. Lo que él sugiere, sin embargo, simplemente formaliza el status quo que ya existe -y no solo en Francia-, incluso si deja fuera a los musulmanes reformistas y eventualmente, con su demografía colapsada, a los no musulmanes viviendo allí.

En Francia, las zonas prohibidas con su islamización y su ley islámica, la sharia y, más notablemente, la subyugación de las mujeres, ya se ha extendido desde los suburbios (banlieues) a las ciudades mismas. Como describió Yves Mamou de Gatestone:

«… las zonas prohibidas ya no están relegadas a los suburbios, donde los migrantes y los musulmanes por lo general se han concentrado. Las zonas prohibidas, a través de la migración masiva, han estado surgiendo en el corazón de París, Burdeos, Toulouse, Marsella, Grenoble, Aviñón – distritos «privatizados» aquí y allá por una mezcla de narcotraficantes, fanáticos salafistas y pandillas de jóvenes islámicos. Las principales víctimas son mujeres. Musulmanas y no musulmanas son acosadas sexualmente y otras sexualmente asaltadas.» Seguir leyendo ¿Una solución de dos estados para Europa? →