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«Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.

Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos 1 Pedro 4:1-5.

El Reino Milenial: (e) El lugar especial de Israel en el gobierno del milenio

Ver cuarta parte: El Reino Milenial: (d) Características principales del gobierno del milenio

Durante el periodo del reino milenial Israel gozará de un lugar de privilegio y de bendición especial. En contraste con la edad actual de la iglesia, en que judíos y gentiles están en un mismo plano y tienen los mismos privilegios, el pueblo de Israel en el milenio heredará la tierra prometida y será objeto del favor especial de Dios. Será el tiempo de la reunión de Israel, su restablecimiento como nación y la renovación del reino davídico. Al fin Israel poseerá la tierra permanentemente y en forma completa.

Ver: PACTOS BÍBLICOS: (7) EL DAVÍDICO

Muchos pasajes tratan de este asunto. En el milenio los israelitas serán reunidos y restaurados a su antigua tierra (Jer. 30:3; 31:8-9; Ez. 39:25-29; Am. 9:11-15). Habiendo sido conducidos de regreso a su tierra, Israel estará formado por los súbditos del reino davídico revivido (Is. 9:6-7; 33:17; 22; 44:6; Jer. 23:5; Dn. 4:3; 7:14, 22, 27; Mi. 4:2-3,7). Los reinos divididos de Israel y Judá volverán a unirse nuevamente (Jer. 3:18; 33:14; Ez. 20:40; 37:15-22; 39:25; Os. 1:11).

Israel, como la esposa de Jehová (Is. 54; 62:2-5; Os. 2:14-23), estará en una posición de privilegio sobre los creyentes gentiles (Is. 14:1-2; 49:22, 23; 60:14-17; 61:6-7). Muchos pasajes también hablan del hecho de que Israel revivirá espiritualmente (Os. 2:3; 44:22-24; 45:17; Jer. 23:3-6; 50:20; Ez. 36:25-26; Zac.13:9; Mal. 3:2-3). Muchos otros pasajes dan información adicional acerca del estado bienaventurado de Israel, su avivamiento espiritual y su goce de la comunión con su Dios.

Aunque los gentiles no tendrán título en la tierra prometida, también tendrán bendiciones abundantes, como se puede deducir de varios pasajes del Antiguo Testamento (Is. 2:2-4; 19:24-25; 49:6, 22; 60:1-3; 62:2; 66:18-19; Jer. 3:17; 16:19). La gloria del reino para Israel y para los gentiles sobrepasará en mucho cualquier cosa que el mundo haya experimentado antes.

Grandes Temas Bíblicos.

El Reino Milenial: (d) Características principales del gobierno del milenio

Ver tercera parte: EL REINO MILENIAL: (C) CRISTO COMO REY DE REYES EN EL MILENIO

Como lo dejan ver los pasajes que hablan acerca del reino futuro, hay por lo menos tres aspectos importantes en el gobierno de Cristo durante su reinado milenial.

1. Muchos pasajes testifican que el gobierno de Cristo será sobre toda la tierra, más allá de los límites de cualquier otro reino terrenal anterior y del reino de David mismo. Al establecer el gobierno mundial, Dios cumplió su propósito de que el hombre debía gobernar sobre la tierra. Aunque Adán fue descalificado, Cristo, como el segundo Adán, puede cumplir esta meta como se menciona en Salmo 2:6-9. Según Daniel 7:l4, al Hijo del Hombre “le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará y su reino uno que no será destruido”. El mismo pensamiento se menciona en Daniel 2:44; 4:34; 7:27. La universalidad del gobierno de Cristo sobre la tierra también se menciona en Salmo 72:8 «Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra».

Miqueas 4:1-2 «Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.»

Zacarias 9:10 «Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra.»

2. El gobierno de Cristo será de autoridad y poder absolutos. Cristo regirá “con vara de hierro” Sal. 2:9. Ap. 19:15: «De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.»

Todos los que se oponen serán castigados con la destrucción (Sal. 2:9; 72:9-11; Is. 11:4).

Un gobierno tan absoluto no es la característica del gobierno de Cristo sobre su iglesia o sobre el mundo en la actual dispensación y solo podría cumplirse si Cristo tiene un reinado literal sobre la tierra después de su segunda venida.

3. El gobierno de Cristo en el milenio será de justicia y paz. Esto se desprende de pasajes clásicos como Isaías 11 y Salmo 72.

Estas características poco usuales del reino solo son posibles gracias a los juicios introductorios de Israel y los gentiles (discutidos en el capitulo anterior) y por el hecho de que Satanás está encadenado y ha sido dejado fuera de acción. La única fuente de mal en el mundo será la naturaleza pecaminosa de los hombres que están todavía en su carne humana. La separación del trigo de la cizaña (Mt. 13:24-30) y la separación de los peces buenos de los malos (Mt. 13:47-50) son preparativos necesarios para el reinado de Cristo.

El milenio comenzará con todos los adultos convertidos como verdaderos creyentes en Cristo. Los hijos que nazcan durante el milenio serán sujetos al reinado justo de Cristo y serán castigados hasta el punto de la muerte física si se rebelan contra su Rey (Is. 65:17-20; Zac. 14:16-19). El pecado abierto será castigado y nadie podrá rebelarse contra el Rey en el reino milenial.

Grandes Temas Bíblicos.

El Reino Milenial: (c) Cristo como Rey de reyes en el milenio

Ver segunda parte: EL REINO MILENIAL: (B) UN REINADO DE DIOS SOBRE LA TIERRA

Muchos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamentos combinan su testimonio de que Cristo será gobernador supremo sobre la tierra. Cristo, como hijo de David, se sentará sobre el trono de David:

«Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.» 2 S. 7:16. 

«Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo,podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.» Jer. 33:19-21.  Mirar también Sal. 89:20-37; Is. 11.

Cuando Cristo nació, vino como rey, según fuera anunciado por el ángel Gabriel a María: «Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Lc. 1:32-33.

Como Rey fue rechazado «Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale!» (Mr. 15:12, 13); «Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.» (Lc. 19:14). Cuando fue crucificado murió como Rey de los judíos «Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.» (Mt. 27:37).

En su segunda venida es descrito como «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES» (Ap. 19:16). Literalmente centenares de versículos en el Antiguo Testamento declaran o implican, por lo menos, que Cristo reinará sobre la tierra. Algunos de los textos más importantes son especialmente claros:

«Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.» Is. 2:1-4. Seguir leyendo El Reino Milenial: (c) Cristo como Rey de reyes en el milenio

El Reino Milenial: (a) El concepto del reino de Dios

En las Escrituras, la expresión «reino de Dios» en general se refiere a la esfera del gobierno de Dios en el universo. Puesto que Dios ha sido siempre soberano y omnipotente, hay un sentido en que el reino de Dios es eterno. Nabucodonosor, rey de Babilonia que fuera humillado por Dios, dio testimonio de esto cuando dijo: “Bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y el hace según su voluntad en el ejercito del cielo, y en los habitantes de la tierra y no hay quien detenga su mano y le diga: ¿Qué haces?” (Dn. 4:34-35).

Sin embargo, el gobierno universal de Dios fue desafiado en la eternidad pasada por Satanás y los seres angélicos que se unieron a él en su rebelión contra Dios. Aunque Dios demostró su soberanía juzgando a los rebeldes, la entrada del pecado en el mundo introdujo el programa divino para demostrar la soberanía de Dios en la historia humana. Esto comprende el concepto de un reino teocrático, esto es, un reino en que Dios es el gobernador supremo, aun cuando obra por medio de las criaturas.

Cuando Adán fue creado, se le dio dominio sobre toda la tierra (Gn. 1:26, 28). Sin embargo, en desobediencia a Dios, Adán y Eva comieron del fruto prohibido. En su caída en pecado Adán perdió el derecho de gobierno, y de allí en adelante la soberanía de Dios que había sido entregada al hombre fue delegada en ciertas personas escogidas a quienes Dios entregó el gobierno. Consecuentemente, se ha permitido que algunos hombres reinen a través de la historia. Por ejemplo, Daniel le recordó esto a Belsasar al referirse al hecho de que Dios había castigado a Nabucodonosor «hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre el al que le places (Dn. 5:21).

En el Antiguo Testamento, una demostración importante del gobierno teocrático fue el reino de Israel bajo los reyes Saúl, David y Salomón. Los gobernadores gentiles también pudieron tener una esfera de gobierno político, en el propósito soberano de Dios. Este concepto general de gobierno bajo permisión y dirección divina es mencionado en Romanos 13:1, donde Pablo escribe: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.” Seguir leyendo El Reino Milenial: (a) El concepto del reino de Dios

CRISTO Y EL ANTICRISTO

Autor: Dave Hunt.

Anti es un prefijo griego que significa no sólo «opuesto a» pero «en el lugar de.» El anticristo sin lugar a dudas se opondrá a Cristo, pero posiblemente lo hará de una manera diabólica e inteligente: pretendiendo ser Cristo. Para que el mundo lo apoye y lo siga y también lo adore, un falso cristianismo debe convertirse en la religión mundial, un «cristianismo» que todas las religiones puedan aceptar y que incluya todas las religiones para así formar «una fe«.  Por consiguiente podemos ver en nuestro tiempo presente la necesidad de una creciente apostasía, lo que significa el crear una iglesia apóstata para ser la novia terrenal del anticristo, en la misma manera que la verdadera iglesia es la novia celestial de Cristo. Tal es la importancia del movimiento de la Nueva Era y la aceleración de los muchos delirios y seducciones en estos «últimos días».

A través de un falso evangelio, falsos profetas, prácticas religiosas ocultistas y el engaño de «señales y prodigios», las iglesias de hoy se llenan de millones quienes se llaman cristianos, pero no lo son. Habiendo sido relegado durante el Rapto (arrebatamiento) y feliz de que la «negativa» influencia de los alborotadores desaparecidos haya sido eliminada, los que queden en la tierra van a adorar y a seguir al anticristo,  pensando que es el verdadero Cristo y que ahora las cosas están «mejor que nunca».  Un «cristianismo» ecuménico en colaboración con todas las religiones, continuará y prosperará aún más después del Rapto que antes. El factor unificador será la preocupación y enfoque por la Madre Tierra. Trabajando para la paz y por la integridad ecológica será el substituto a la verdad, como la base del cristianismo, en la forma que ya el Consejo Mundial de Iglesias lo ha decretado.

Muy lejos de ser un invento hecho por aquellos quienes desean escapar de la persecución (que podría llegar a ser muy severa en América antes del Rapto), el Rapto antes de la Tribulación es esencial por un número de razones: en primer lugar, para eliminar a los verdaderos cristianos de la tierra. Si estuvieran presentes cuando el anticristo se revelara, lo desenmascararían y se opondrían a él.  Esa oposición tiene que ser eliminada para así dar a Satanás y al hombre, bajo el liderazgo del anticristo, plena libertad para demostrar que esta tierra puede transformarse de nuevo en un paraíso sin Dios. El Espíritu Santo, que es omnipresente, continuará su función correctiva y también llamará a muchos a Cristo durante la Gran Tribulación. La influencia moderadora, sin embargo, que Él ha ejercido en este mundo a través de los millones de verdaderos cristianos, repentinamente será eliminada, dejando un vacío moral y espiritual en hogares, barrios, empresas y escuelas, en una forma que nadie lo puede imaginar. Seguir leyendo CRISTO Y EL ANTICRISTO

«Estad siempre gozosos.

Orad sin cesar.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para con vosotros en Cristo Jesús.»   1Ts 5:16-18

¡Ven a Jesús hoy! Mañana puede ser tarde.

«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.» Mateo 16:24-27.

Salvacion en Cristo

Jesús dijo:
«Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
Ya os lo he dicho antes. 
Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.»
Mt. 24:24-26
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«El plan del diablo para los últimos tiempos es clara: es distraer a la gente que quiere buscar una respuesta verdadera a sus problemas, una respuesta en tiempos penosos, ofreciéndoles un abanico de falsos Cristos a lo largo del camino.»
Pastor Carter Conlon.

Cristo es el Juez de la humanidad

A través del N.T. a Cristo se lo presenta como el Juez de la humanidad: Él mismo lo declara: «Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. Y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.» Jn. 5:22- 23,27,30.

Esto se vuelve a enfatizar en la predicación de la iglesia apostólica, por parte de Pedro: «Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.» Hch. 10:42, y de Pablo en su discurso a los atenienses: «por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.» Hch. 17:31; «en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.» Ro. 2:16.

Cristo también será el Juez de los creyentes — juez de sus obras, no de su salvación: «Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.» Ro. 14:10; «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.» 2 Co. 5:10.

El factor de control en el juicio será la justicia, un tema que comienza en Gn. 18:25, «Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?» y continúa a través de las Escrituras hasta Ap. 19:11«Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.». (comp. Sal. 9:8; 50:6; etc.).

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

El tribunal de Cristo

«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.» 2 Cor. 5:10.

Aquí se está hablando del juicio de las obras del creyente, no de sus pecados. Estos han sido expiados y Dios nunca más los recordará («Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones» He. 10:17); pero cada obra debe ser puesta a juicio:

«Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.» Mt. 12:36.

«Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.» Ro. 14:10.

«No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.» Gal. 6:7.

«…sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.» Ef 6:8.

«…sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.» Col. 3:24-25.

El resultado es recompensa o pérdida de la recompensa, pero “él mismo [el cristiano] será salvo». 1 Co. 3:11-15:

«Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Seguir leyendo El tribunal de Cristo

En la Biblia, ¿Qué significa “el día del Señor Jesus”?

«…el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.» 1 Co. 1:8

La expresión “el día de nuestro Señor Jesucristo”, que se identifica con su venida (“la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Co. 1:7), es el período de bendición para la Iglesia a partir del arrebatamiento.

A este día futuro se lo llama “el día del Señor Jesús”«el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.» 1 Co. 5:5; «como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.» 2Co. 1:14.

“El día de Jesucristo” «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;» Fil. 1:6.

Y “el día de Cristo” «para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,» Fil. 1:10; «asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.» Fil. 2:16.

“El día de Cristo” en cada una de las seis referencias en el N.T. es un día descrito en relación con la recompensa y bendición de la Iglesia en el arrebatamiento; está en contraste con la expresión “el día del Señor”:

«Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido;» Is. 2:12; «¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.» Jl. 1:15; «Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.» Ap. 19:19, que se relaciona con juicio a los judíos y a los gentiles incrédulos, y con la bendición de los santos del milenio:

«Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.

Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.

En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.» Zac, 3:8-20.

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

¿Qué significa el término “Hijo del Hombre”?

El nombre “Hijo del Hombre” encuentra su base en el gran pasaje mesiánico de Dn. 7:13:

«Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.»

Nuestro Señor usa esta expresión aprox. ochenta veces para referirse a sí mismo:

«De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.» Mt. 16:28.

« Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.» Mt. 19:28.

«Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,» Mt. 25:31.

«Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.» Mt. 26:64.

«Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.» Mr. 14:62

«Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.» Lc. 22:69.

Es su nombre como el Hombre representativo, en el sentido de 1 Co. 15:45-47: Seguir leyendo ¿Qué significa el término “Hijo del Hombre”?

¿Qué es la gracia?

Gracia es “la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor… no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho… [hemos sido] justificados por su gracia” (Tit. 3:4,5,7). Por lo tanto, como principio, la gracia está contrastada con la ley (Ro. 11:6), bajo la cual Dios demanda justicia de los hombres, así como bajo la gracia El da justicia a los hombres (Ro. 3:21-24; 8:3-4; G1 2:16; Fil. 3:9). La ley tiene relación con Moisés y con las obras; la gracia, con Cristo y con la fe (Jn. 1:17; Ro. 10:4-10). Bajo la ley hay bendiciones cuando hay obediencia (Dt. 28:1-6); bajo la gracia, la bendición es un regalo (Ro. 4:3-5; Ef. 2:8).

  • La plenitud de la gracia comenzó con el ministerio de Cristo, que incluía su muerte y resurrección pues El vino a morir por los pecadores (Jn. 1:17; Mt. 11:28-30; 16:21; 20:28; Ro. 3:24-26; 4:24-25). Bajo la dispensación anterior, se demostró que a la ley no le era posible asegurar justicia y vida para una raza pecadora (G1 3:21-22). Antes de la cruz la salvación del hombre era por fe (Gn. 15:6; Ro. 4:3), y el fundamento era el sacrificio expiatorio de Cristo, que Dios contemplaba anticipadamente (Ro. 3:25; véase Gn. 1:28); ahora se revela con claridad que la salvación y la justicia se reciben por fe en el Salvador crucificado y resucitado (Jn. 1:12-13; 24; 1 Jn. 5:11—13), con la consiguiente santidad de vida y buenas obras como fruto de la salvación (Jn. 15:16; Ro. 8:2-4; Ef. 2:8-10; Tit. 2:11-14).
  • Había gracia antes que viniera Cristo, como está demostrado por la provisión de sacrificio para los pecadores (Ex. 20:24-26; Lv. 5:17-18; 17:11). La diferencia entre la era anterior y la presente no es cuestión de nada de graciaalgo de gracia, sino cuestión de que hoy la gracia reina (Ro. 5:21) en el sentido de que el único Ser que tiene derecho a juzgar a los pecadores (Jn. 5:22) ahora está sentado en un trono de gracia (He. 4:14-16), no imputándole al mundo las transgresiones que comete (2 Co. 5:19).
Comentario por el Dr. C. I. Scofield

No hay nada en el hombre que obligue a Dios a justificarlo, incluyendo su fe y su arrepentimiento.
> El arrepentimiento no paga por el pecado.
> El remordimiento que siente un criminal por los crímenes cometidos no satisface las demandas justas de la ley.

¡Tampoco la fe paga por el pecado!
¡Sólo la sangre de Jesús puede pagar por el pecado!
La justificación está basada en la sangre de Cristo.

ley

¿Un complot pascual?

¿Jesús conspiró para cumplir profecías?

Las profecías bíblicas concernientes a la venida del Mesías, son muy numerosas y detalladas. Aún los críticos más anticristianos que niegan categóricamente que Jesús de Nazaret es el Salvador del mundo admiten que muchas profecías mesiánicas específicas se cumplieron en su vida y crucifixión.

En un intento por justificar hábilmente el significado de ese hecho se han inventado algunas teorías insólitas; por ejemplo, hace años hubo un libro y una película cinematográfica (ninguno de los dos muy exitosos) titulados The Possouer Plot [El complot de la pascual]. Este dice que Jesús, conociendo algunas de las profecías en el Antiguo Testamento, conspiró con Judas para cumplirlas a fin de que pareciera que él era el Mesías prometido.

¿Una contradicción irreconciliable?

Evidentemente habría sido absurdo que Jesús se hiciera crucificar él mismo a fin de convencer a una pequeña banda de seguidores analfabetos incompetentes de que él era el Cristo. En realidad, ni sus discípulos ni ningún otro judío, incluyendo también a Juan el Bautista, podía creer (aunque las profecías eran claras, como Cristo las explicó a menudo) de que el Mesías iba a ser crucificado. Su muerte más bien parecería una prueba de que él no era el Mesías, por lo que el cumplir al pie de la letra las profecías concernientes a su crucifixión, como lo hizo, no habría sido la forma de reunir adeptos. En realidad, la muerte de Cristo en cumplimiento de la Escritura, era con el fin de pagar la pena de nuestros pecados. Las profecías concernientes a su muerte (Salmos 22:16; Isaías 53: 5, 8-10, 72; Zacarias 12:10; etc.) eran evitadas por los judíos como misterios impenetrables porque parecían contradecir totalmente otras profecías que declaraban llanamente que el Mesías ocuparía el trono de David y gobernaría sobre un magnífico reino.
¿Cómo podría el Mesías establecer un reinado y una paz que nunca terminarían (lsaías 9:7) y aun así ser rechazado y crucificado por su propio pueblo? Parecía imposible que ambas fuesen verdad, por tanto los intérpretes judíos simplemente optaron por no hacer caso a Io que para ellos no tenía sentido. La prueba triunfante y final para los rabinos fue que los judíos pudieron crucificar a Jesús, y esto sirvió como la evidencia desilusionante pero innegable para las masas de judíos y sus discípulos más devotos de que Jesús de Nazaret no podía haber sido el Mesías de ninguna manera.
El reino mesiánico profetizado no se había establecido, ni tampoco había traído paz a lsrael librándola de sus enemigos. Por lo tanto, en el mejor de los casos Jesús sólo podía haber sido un impostor bien intencionado y en el peor de los casos un fraude deliberado. Y este es el argumento de la mayoría de los judíos en la actualidad.

Sin embargo, había una forma de reconciliar la aparente contradicción:
El Mesías tenía que venir dos veces; la primera vez para morir por los pecados del hombre; la segunda para reinar sobre el trono de David. Pero aun cuando Jesús explicó ese hecho antes de tiempo, nadie podía entenderlo. Se necesitaría la resurrección para abrir los ojos ciegos de ellos. Seguir leyendo ¿Un complot pascual?

Pensamientos Vagabundos…

Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:5

¿A dónde fue ese niño?. Le dije que se estuviese quieto. Se fue a corretear de nuevo. ¿Ha dicho alguna vez esas palabras sobre su hijo?. ¿Cuándo usted era joven le dijeron alguna vez esas palabras?. Hay muchas maneras de corretear. Algunas veces lo hacemos físicamente, pero como adultos quizás lo hacemos mentalmente. ¿Recuerda usted alguna de esas clases que tomóo en la secundria o en la universidad y que fueron francamente aburridas?. ¿Dejó vagar la mente durante algunas de las clases?. ¡Es realmente embarazoso que el profesor le pregunte algo cuando su mente se encuentra vagando!. Nos hacen volver a la realidad de una sacudida. Seguir leyendo Pensamientos Vagabundos…