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¿Te has tomado un tiempo para pensar por qué Jesús es el blanco constante de burlas, críticas y negación?

Algunos ejemplos: programas de televisión, comerciales de productos, películas, letras de canciones, videos musicales, programas educativos, libros, museos, eventos multitudinarios, leyes, motores de búsqueda en internet, diarios, revistas, políticas empresariales, movimientos de unión de religiones, Naciones Unidas, movimientos progresistas, etc, etc, etc.

El punto es: cualquier persona que realmente se detiene a pensar (no estoy hablando de cristianos, sino de no cristianos), y analiza todo lo que sucede alrededor, podría tranquilamente llegar a la conclusión de que si TODO lo que nos rodea está en una campaña constante en contra de Jesús, no en contra de Mahoma, no en contra de Buda, no en contra de Confusio, no en contra de Bafomet, no en contra de Shiva -la lista sería interminable-, sino en contra de JESÚS.

Aveces no hace falta ir muy lejos, sino que la realidad que nos rodea habla por sí sola: si todo lo que nos rodea trabaja de manera unida en contra de Jesús, ¡bueno! quizás quieren ocultarnos la verdad.

Quizás Jesús realmente ES quien dijo que era: «el camino, la verdad y la vida». NADIE va al Padre sino por Él (Juan 14:6).

Repito la pregunta de arriba: ¿Te has tomado un tiempo para pensar por qué Jesús es el blanco constante de burlas, críticas y negación?.

Porque si lo que dijo Jesús es cierto, y lo rechazas… mi querido amigo, vas a estar en graves, GRAVES problemas. Tu eternidad depende de ello.

Después de la muerte ¿hay vida y conciencia?

«Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.» Ec. 9:10.

Esta declaración en cuanto al estado de los muertos, no constituye una revelación divina como tampoco cualquier otra conclusión del Predicador («Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.» Ec. 1:1).

Nadie citaría 9:2 como revelación divina: «Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.» Ec. 9:2.

Estos razonamientos del hombre al margen de la revelación divina están registrados por inspiración, así como también están registradas las palabras de Satanás:

«Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.» Gn. 3:4.

«Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.» Job 2:4-5. Etc.

Pero en la Escritura se afirma de manera directa que la vida y la conciencia continúan entre la muerte y la resurrección:

«El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?  Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.» Is. 14:9-11.

«Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.» Mt. 22:32. Seguir leyendo Después de la muerte ¿hay vida y conciencia?

¿Qué significa Redención?

“Redención” significa liberar pagando un precio. La obra de Cristo cumpliendo los tipos y las profecías del A.T. en cuanto a la redención, se halla presentada en tres palabras griegas principales:

(1) Agorazo (αγοράζω), comprar en el mercado (de agora, mercado). Al hombre se lo ve como un esclavo “vendido al pecado”:
«Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.» Ro. 7:14 y bajo sentencia de muerte: «He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.» Ez. 18:4;

«El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.» Jn. 3:18-19;

«Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.» Ro. 6:23,  pero sujeto a redención por la compra que hizo el Redentor con el precio de su sangre:

«Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.» 1 Co. 6:20; Seguir leyendo ¿Qué significa Redención?

La Pascua, orden de acontecimientos (5): Apariciones de Jesús luego de la resurrección

Leer hechos anteriores: La Pascua, orden de acontecimientos (4): La mañana de resurrección

«Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.» [Jn. 20:19]

Durante los cuarenta días entre su resurrección y su ascensión, se hallan asentadas las diez ocasiones en que el Señor Jesús se apareció a sus seguidores, las primeras cinco en el día de la resurrección.

El orden de las apariciones parece haber sido:

(1) a María Magdalena (Mr. 16:9-11; Jn. 20:11-18);

(2) a las mujeres que regresaban de la tumba con el mensaje de los ángeles (Mt. 28:8-10);

(3) a Pedro, probablemente durante la tarde (Lc. 24:34; 1 Co. 15:5);

(4) a los discípulos de Emaús al anochecer (Mr. 16:12; Lc. 24:13-32);

(5) a los discípulos, con Tomás ausente (Mr. 16:14; Lc. 24:36-43; Jn. 20:9-25);

(6) a los discípulos, con Tomás presente, el domingo siguiente a la noche (Jn. 20:26-31; 1 Co. 15:5);

(7) a los siete junto al Mar de Galilea (Jn. 21);

(8) a los apóstoles y a “más de quinientos hermanos” (Mt. 28:16-20; Mr. 16:15-18; 1 Co. 15:6);

(9) a Jacobo, el medio hermano del Señor (1 Co. 15:7);

(10) la última aparición que se registra del Señor y su ascensión desde el Monte de los Olivos (Mr. 16:19-20; Le. 24:44-53; Hch. 1:3-12).

También se halla asentado que después de su ascensión Cristo apareció una o más veces a tres hombres:

(1) a Esteban cuando fue apedreado (Hch. 7:55-60);

(2) a Pablo: (a) en su conversión (Hch. 9:3-8,17; 22:6-11,14-15; 26:12-19; 1 Co. 9:1; 15:8); (b) en Corinto (Hch. 18:9-10); (c) en el Templo en Jerusalén (Hch. 22:17-21);

(d) posteriormente en Jerusalén (Hch. 23:11)

y (e) en otra visión (2 Co. 12:1-4); y (3) al Apóstol Juan en Patmos (Ap. 1:10-19 y otras visiones en Apocalipsis).

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

La Pascua, orden de acontecimientos (4): La mañana de resurrección

Leer hechos anteriores: La Pascua, orden de acontecimientos (3): Crucifixión de Jesús

«Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.» [Mt. 28:1]

Al combinar las cuatro narrativas, el orden de acontecimientos en la mañana de la resurrección parecería ser el siguiente:

A la mañana temprano las mujeres fueron al sepulcro de Jesús para ungir su cuerpo, a pesar de que no sabían cómo podrían entrar en la tumba (Mr. 16:2-3). Había tres mujeres, María Magdalena, María (la madre de Jacobo, Mr. 16:1; Le. 24:10) y Salomé, a las que siguieron otras mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea (Lc. 23:55-24:1).

Las tres mujeres hallaron que la piedra había sido movida por un ángel (Mt. 28:2). María Magdalena apresuradamente va al encuentro de Pedro y Juan a contarles lo sucedido. Éstos corren hacia el sepulcro (Jn. 20:2-4).

Mientras tanto, María la madre de Jacobo, Salomé y las otras mujeres llegaron a la tumba, entraron y vieron ángeles que les aseguraron que Jesús había resucitado. Con temor y con gozo ellas salieron corriendo de la tumba para informar a los discípulos (Mt. 28:8).

Pedro y Juan llegaron al sepulcro, entraron, observaron y partieron (Jn. 20:4-10). María Magdalena regresó a la tumba, se paró allí llorando y Jesús se le reveló (Jn. 20:11-18). Mientras las otras mujeres iban camino a los discípulos, Jesús se les apareció (Mt. 28:9-10).

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

Dos maneras de morir

Murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra el Señor.
1 Crónicas 10:13

Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor.
Apocalipsis 14:13

Se puede morir como el rey Saúl, en “su rebelión” o pecado. ¡Qué terrible perspectiva presentarse ante Dios con sus faltas! Todos nuestros actos y pensamientos saldrán a la luz ante el Dios santo: su justicia sólo podrá condenarnos. Para el que muere sin que sus pecados sean perdonados, la muerte es el principio de una eternidad de remordimientos y dolor, lejos de Dios para siempre (Mateo 22:13).

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