Citas

«Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.» Ap. 14:12.

«Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.

Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos 1 Pedro 4:1-5.

Es hora de que empecemos a pensar qué pasaría si un día nos despertamos y vemos en las noticias que el gobierno prohíbe tener Biblias, orar o hablar de Cristo.

Puede pasar en cualquier momento, usemos bien el tiempo y la libertad que tenemos ahora.

«Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.» 1 Pedro 5:10-11.

«Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Fil. 4:4-7

«Estad siempre gozosos.

Orad sin cesar.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para con vosotros en Cristo Jesús.»   1Ts 5:16-18

«Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.

Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.» Efesios 6:1-9.

«Pon, oh Jehová, temor en ellos;
Conozcan las naciones que no son sino hombres.» Sal. 9:20.

«Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo» Juan 5:22.

El mismo Jesús que hoy quiere ser tu Salvador, si no se convierte en tu Salvador, será tu Juez.

La primera vez Él vino a redimir, la segunda viene a juzgar.

«Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.»  Col. 3:23-24.

«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,  en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.» 1 Cor. 15:51-28.

Jesús dijo:
«Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
Ya os lo he dicho antes. 
Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.»
Mt. 24:24-26
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«El plan del diablo para los últimos tiempos es clara: es distraer a la gente que quiere buscar una respuesta verdadera a sus problemas, una respuesta en tiempos penosos, ofreciéndoles un abanico de falsos Cristos a lo largo del camino.»
Pastor Carter Conlon.

«Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.» Jud 24, 25.

«Mas el fin de todas las cosas se acerca;
sed, pues, sobrios, y velad en oración.»
1 Pedro 4:7.

«Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.» Judas 24-25.

«La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.» Esdras 8:22b

«El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.» [Salmos 19:9]

«Temor de Jehová» es una expresión del Antiguo Testamento que significa confianza reverencial e incluye aborrecer el mal.

«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» [2 Pedro 3:9]

«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos (separados) de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.»

[Rom. 3:23-25]

«Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.»
[Col. 3:5-7]