Pactos bíblicos: (4) el Abrahámico

«Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.» Génesis 12:2.

El Pacto Abrahámico en su constitución (Gn. 12:1-4) y confirmación (Gn. 13:14-17; 15:1-7,18-21; 17:1-8) tiene tres aspectos:

(1) La promesa de una gran nación:
“Haré de ti una nación grande”
(Gn. 12:2). Esta era una referencia primordial a Israel, los descendientes de Jacob, a quienes se promete posesión perpetua de la tierra (Gn. 17:8), con quienes se hace el pacto eterno (Gn. 17:7), y a quienes Dios dijo: “y seré el Dios de ellos” (Gn. 17:8). La promesa a Abraham también fue que él seria padre de otras naciones (comp. Gn. 17:6,20), cumplido principalmente a través de Ismael y Esaú.

(2) Abraham recibe cuatro promesas personales:
(a) Ser padre de numerosos descendientes (Gn. 17:16).
(b) Recibir bendición personal, “te bendeciré”, cumplido de dos maneras: temporalmente (Gn. 13:14-15,17; 15:18; 24:34- 35); y espiritualmente (Gn. 15:6; Jn. 8:56).
(c) Recibir honor en lo personal, “engrandeceré tu nombre” (Gn. 12:2), cumplido en el reconocimiento de todos los que honran la Biblia.
Y (d) ser el canal de bendición, “y serás bendición” (Gn. 12:2): cumplido en bendiciones a otros a través de su simiente Israel, que se convirtió en instrumento de revelación divina; a través de Abraham como un ejemplo de fe piadosa (Ro. 4:1-22); y preeminentemente a través de Cristo, simiente de Abraham (Ga. 3:16).

(3) Promesas a los gentiles:
(a) “Bendeciré a los que te bendijeren” (Gn. 12:3). Quienes honran a Abraham serán bendecidos.
(b) “A los que te maldijeren maldeciré” (Gn. 12:3). Esto fue una amenaza que se cumplirá literalmente en la historia de las persecuciones a Israel. A quienes han perseguido a los judíos invariablemente les ha ido mal — bien a quienes los han protegido. Cuando una nación comete el pecado de antisemitismo, el juicio es inevitable. El futuro demostrará este principio de manera aun más notable (Dt. 30:7; Is. 14:1-2; Jl. 3:1—8; Miq. 5:7-9; Hag. 2:22; Zac. 14:1 -3; Mt. 25:40,45).
(c) “Serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3). Esta es la gran promesa del evangelio cumplida en la Simiente de Abraham, Cristo, y en toda la simiente espiritual de Abraham que, como Abraham, es justificada por la fe (Ro. 4:3; Gá. 3:6-9,16,29; comp. Jn. 8:56-58). Esto suma revelación y confirmación de la promesa del Pacto Adánico en cuanto a la Simiente de la mujer (Gn. 3:15).

El Pacto Abrahámico revela el propósito soberano de Dios que cumplirá a través de Abraham su programa para Israel, y proveerá en Cristo el Salvador para todos los que creen. El cumplimiento final se basa en la promesa divina y en el poder de Dios más que en la fidelidad humana.

Abraham

Comentario por el Dr. C. I. Scofield

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